domingo, 30 de abril de 2017

PASEO DOMINGUERO



El soleado domingo expande la alegría
de pueblerinos filisteos con la familia
que pasean elegantes su feliz desidia
mientras yo trato de despreciar su tontería.

Sus mujeres miro con romántica ironía,
pero también me enturbia la desgraciada envidia
que provoca la rebelde constante lascivia
y no puedo gozar serena melancolía.

Paseo yo también con mi extraña soledad,
la algarabía de sus niños me hace gracia,
trato de sentir yo también vital ignorancia.

Pasaron ya las juveniles esperanzas
de convertirme solo en burgués intelectual
y yo les inquieto como siniestro anormal.