jueves, 25 de junio de 2015

ANOTACIÓN URGENTE SOBRE LA ÚLTIMA ENCÍCLICA PAPAL

El Papa en su última encíclica insiste demasiado en el moralismo puritano anticonsumista, que tanto gusta al pensamiento clerical, siempre enemigo del disfrute de la vida. Lo que habría que hacer sería controlar y regular políticamente la producción, pues actitudes ascéticas individuales no solucionan nada. Para conseguir la planificación de la producción harían falta cambios políticos que no están en el horizonte y por los que muy poco se puede hacer por mucho compromiso político que se quiera adoptar. Sería necesaria una acción política para la que hoy no queda mucho espacio en un panorama político práctico tan viciado y desvirtuado como el nuestro por banderías, prejuicios y cainismos y por la interferencia de cuestiones ideológicas simbólicas y culturales que son muy complejas y delicadas.
Es muy improbable que se pueda parar todavía la dinámica destructora -tanto espiritual como material, aunque la destrucción espiritual sea más difícil de mostrar- del progreso capitalista y del progreso tecnocientífico, que van unidos y forman parte de un mismo "ethos" histórico, por lo que no se puede querer echarle la culpa al capitalismo y exculpar a la tecnociencia como algo neutral en sí mismo que luego se utilizaría mal por el pérfido capital y sus representantes políticos.

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