Haces la noche intensa
como racimos de la vida
donde se sacia el amor
y vuelas hacia el destino
de nuestra unión ilusionada,
hacia el día del gozo
y hacia la verdad de la consumación.
Recorres la piel entusiasmada
de mi cuerpo redimido
y alientas la rebelión
de mi delirio contra la muerte.
Es el placer sagrado del furor
que obtiene la recompensa
de tu sensualidad bendita
y convierte en certeza voluptuosa
el espíritu difuso del pasado triste.
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