sábado, 3 de septiembre de 2016

NOTA POLÍTICA

No comparto la posición de los que, mientras el capitalismo, su cultura de masas y su tecnociencia han destruido ya toda tradición, todo espíritu y todo arraigo, se preocupan por cosas como la inmigración, la unidad de las patrias o la conservación de los engañosos privilegios de las instituciones religiosas que han abandonado la tradición.

Fines espirituales a los que habría que orientar un socialismo que fuera realmente liberador: cargarse la cultura de masas, meter en cintura a la tecnociencia y cambiar el sistema de necesidades de las masas para que fuera posible el decrecimiento económico. Como todo ello es imposible, que le vayan dando a la cultura de masas, a la tecnociencia y a las masas, y solo queda la búsqueda de la salvación cultural individual a través de las vivencias irracionales compensatorias.

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