Buscas en tu soledad
gozo de claro interior,
pero obtienes solo triste
la oscuridad del dolor,
que rezuma sinsentido
de fiera exasperación.
El bendecido entusiasmo
sucumbió a la maldición
de la carne condenada
a siniestra frustración.
Es el irredento anhelo
de una eterna afirmación
que solo encuentra en el mundo
el caos y la negación.
En la noche y el silencio
triunfa muerte del fervor
de tu alma que quería
la divina excitación,
pero venció la quietud
del hastío y del dolor.
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