jueves, 19 de noviembre de 2020

EN EL DÍA DE LA MUERTE DE JOSÉ ANTONIO


Nuestra misión política también debería ser hoy la de salvar de la ola de bárbaros ( ayer las hordas bolcheviques, hoy la chusma neoizquierdista  desarraigada y resentida), que tarde o temprano destruirá el capitalismo, los valores del espíritu y la tradición que puedan actuar como “gérmenes de un orden futuro y mejor”.


Pero como en la realización de esa tarea no se podría evitar el doble peligro totalitario del comunismo y del fascismo, dediquémonos –mientras llegan los bárbaros que todo lo anegarán, capitalismo y últimos restos de los valores espirituales y tradicionales– a disfrutar como refinados decadentes hedonistas de las posibilidades de desarrollo liberal de la individualidad que ofrece el capitalismo, si es que pertenecemos a la minoría de afortunados para los que esas posibilidades existen. 

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