domingo, 24 de enero de 2021

NOTA SOBRE NIETZSCHE Y EL HOMBRE SUPERIOR

 El buen burgués perfectamente adaptado a la sociedad existente con su amor y su trabajo, con su éxito en el mercado de las personalidades y en el mercado de trabajo, sería el verdadero hombre superior. Eso es lo que hay que pensar desde un darwinismo social positivo. Nietzsche, que desprecia a ese tipo de hombre como el “último hombre” del Zaratustra, como representante de la normalidad filistea y vulgar, del estancamiento de lo humano en un nihilismo pasivo y exento de anhelo creador, no puede ofrecer, desde sus propios presupuestos aquejados de biologicismo darwinista, una justificación de que ese buen burgués no sea el hombre superior. Nietzsche ofrece la explicación de que el verdadero hombre superior no triunfa porque los inferiores son más y le ahogan. Pero en Nietzsche no puede haber criterios de valor “contrafácticos” para determinar que hay una superioridad no demostrable en el triunfo positivo en la sociedad dada. Su filosofía solo puede desembocar, como él de hecho asume, nada más que en la afirmación incondicional de todo lo que sucede como bueno y como algo a lo que no se puede oponer ninguna posibilidad malograda como algo superior a la positividad de lo que ocurre, que en el querer el eterno retorno debe ser incluso elevada a Verdad del Ser por encima del devenir disuelto en Nada. 

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