lunes, 15 de junio de 2020

TRADUCCIÓN DE UN TEXTO DE LUDWIG KLAGES Y UNA PEQUEÑA INTRODUCCIÓN A SU PENSAMIENTO


Klages está hablando del “éxtasis elemental” y del “rapto erótico”:

“Él es placer del ascender y del descender; placer que convierte la muerte y el morir en santa transformación llena de dolor; en el instante de eternidad de su plenitud hay : frenesí desencadenado o éxtasis cristalizado. Y con ello hemos significado ya lo que habría que decir en segundo lugar: Tan poco es comparable él al estado de cualquier necesidad que lo que es impulso en él tenemos que describirlo como impulso de desbordamiento, de brillante derramamiento, del abismarse sin medida. No es necesidad ni falta sino éxtasis de plenitud, brillante llama dorada, poderosa gravidez.¡Allí donde cae su rayo florece en innombrable belleza, donde se posa su pie proliferan los brotes y su abrazo libera en cosas y hombres al encadenado dios!
…sin duda podríamos llamar al éxtasis erótico también éxtasis dionisiaco, si no pudiéramos con el mismo derecho llamar al éxtasis dionisiaco éxtasis erótico. Ambos coinciden tanto en el extático fundamento de las almas como también al mismo tiempo en aquel olear abarcador de todo que (con una vuelta de Nietzssche a Schopenhauer) traspasa los límites de la individuación y devuelve la vida singular a la vida de los elementos.”

Ludwig Klages, “El Eros cosmogónico”

La traducción ha sido hecha por mí, seguramente con imperfecciones y con ayuda del diccionario.

Ludwig Klages (1872-1956) es un filósofo vitalista alemán todavía más “peligroso” que Nietzsche. La idea principal de su pensamiento es la contraposición entre lo que él llama el “Geist” (espíritu) y la “Seele” (alma). “Geist” es lo racional-intelectual destructor, según él, de “lo vivo”, lo orgánico, la naturaleza. “Seele” es justamente todo ese mundo elemental de lo vital y lo telúrico que es destruido por la razón del “Geist” bajo el signo de lo que Klages ya llamó, con un término que luego haría famoso el modernísimo o postmodernísimo Derrida, “logocentrismo”. El mundo de la “Seele” (alma) también es un mundo de “imágenes primordiales” (Urbilder) que desaparecen bajo el efecto de lo conceptua-inteligible propio del “Geist”. Para Klages el “Geist” es un poder extraño invasor y destructor de la Tierrra que viene como de “otro mundo”, de lo exterior a la vida. Este “Geist” (y en esto Klages se aparta de Nietzsche en su valoración) también conlleva una “voluntad de poder” que explota, manipula y destruye la paz y el gozo en los que vive la “Seele” (alma). Aquí podría encontrarse una relación entre el “Geist” y el concepto de “razón instrumental” usado críticamente por los autores de la Escuela de Frankfurt. He leído recientemente en un libro sobre tal escuela que Adorno y Horkheimer, sus dos principales representantes, tuvieron en cuenta a Klages a la hora de escribir su “Dialéctica de la Ilustración”.
Como tantas otras figuras del irracionalismo alemán, Klages se ha visto envuelto y ha sido salpicado por la polémica (cuya obra cumbre es “El asalto a la razón” del marxista Georges Lukács) sobre los orígenes intelectuales del fascismo alemán. Pero, ¿qué fue éste sino una artera intensificación, mediante el militarismo, el industrialismo y mediante ideologías cientificistas modernas como el racismo o la ideología de la eficacia social tecnológica, de la represión de todo lo que no encaja en la modernidad explotadora tanto de la naturaleza externa como de la naturaleza interna del hombre? Aquí hay un problema, porque, como es sabido, los nazis también apelaron al mundo de lo elemental pre-moderno y pre-racional. Sobre esto habría que prestar atención a la tesis “dialéctica” de Adorno y Horkheimer en su obra antes citada según la cual el nazismo fue una movilización de las fuerzas reprimidas de la naturaleza pero para ponerlas al servicio de la propia represión. Tendría que releer la “Dialéctica de la Ilustración”, pero me apetece más embriagarme con textos como el de Klages que he traducido.
Leyendo en alemán este texto esta tarde he sentido deseos de recuperar mi juventud y volver a vivir una noche de aquellas en las que combinaba lo erótico y lo dionisiaco mediante la contemplación de chicas de fiesta y la ingesta de alcohol. Pero desgraciadamente o afortunadamente estoy sometido a vigilancia familiar y no puedo hacerlo.


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