lunes, 28 de marzo de 2016

NOTA SOBRE MI PREOCUPACIÓN FILOSÓFICA ACTUAL





Yo quiero creer en el espíritu. Pero como decía Schopenhauer:"el espíritu,¿quién es ese mancebo?". Habría que tener una filosofía propia.
Me gustaría desarrollar una filosofía espiritualista pero que no supusiera ningún compromiso ontológico de tipo metafísico con el dualismo alma-cuerpo sino que estuviera basada en razones simplemente pragmáticas relacionadas con el valor de al cultura como reino que pone al hombre por encima de lo natural, aunque en última instancia los naturalistas materialistas tengan razón y la cultura haya surgido de la naturaleza y esté condenada a reintegrarse en ella con su disolución última. Tengo algunos atisbos sobre una idea de espíritu que habría que relacionar con la voluntad y no con el entendimiento y sus objetos inteligibles. Pero tendría que leer mucho y con cuidado para desarrollarla, especialmente a Maine de Biran, un filósofo espiritualista francés del XIX, y también a Bergson, un filósofo del que me acabo de leer la antología publicada en bolsillo por Alianza Editorial y que me parece interesantísimo y con una doctrina preciosa, aunque frente a los desarrollos de la ciencia positiva sus ideas aparezcan como dogmáticas y arbitrarias, pero tal vez la filosofía solo pueda aportar ideas que resulten interesantes y pragmáticamente estimulantes y su valor de verdad, entendida esta como correspondencia con lo realmente existente, sea lo de menos.

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