Habitas con gozo mi soledad,
en el interior que conquistó Amor
se eleva del alma un ebrio furor
y es carnal unión suprema verdad.
Es nuestra pasión real santidad
de la carne y el mundo sin temor
cuando derrotamos nuestro dolor
en nuestra feliz rebelde unidad.
Vivía yo por siempre condenado
en afán de amor irreconciliado
a sentir eterna reprobación.
Mas vino la Gracia de nuestra unión
y se rompió la horrenda maldición
del que se sentía por Dios odiado.
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